La nueva ley de copyright: así afectará a los creadores la normativa que pondrá patas arriba Internet

La nueva ley de copyright: así afectará a los creadores la normativa que pondrá patas arriba Internet
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El parlamento europeo ha votado esta mañana la reforma de la criticada nueva ley de copyright. Con 438 votos a favor y 226 en contra, el escenario que nos deja esta votación nos lleva a la última pantalla de un videojuego que se resolverá en enero de 2019. Si para esa fecha la segunda votación vuelve a ser favorable la pelota pasará al tejado de los estados miembro que deberán adaptar el nuevo marco legislativo a su normativa nacional. Y es precisamente sobre ese escenario donde España podría matizar el contenido de los artículos 13 y 11 que cambiarían el universo 2.0 tal y como lo conocemos hoy.

Soy youtuber y ¿cómo me afecta la nueva ley?

El mencionado artículo 13 quiere acabar con el uso de los contenidos con derechos de autor. La normativa europea exige a Google, Facebook y Twitter el desarrollo de mecanismos para vigilar que los usuarios cumplan con esta parte de la nueva norma:

Los proveedores de servicios de la sociedad de la información que almacenen y faciliten acceso público a grandes cantidades de obras u otras prestaciones cargadas por sus usuarios adoptarán, en cooperación con los titulares de derechos, las medidas pertinentes para asegurar el correcto funcionamiento de los acuerdos celebrados con los titulares de derechos para el uso de sus obras u otras prestaciones o para impedir que estén disponibles en sus servicios obras u otras prestaciones identificadas por los titulares de los derechos en cooperación con los proveedores de servicios (art.13.1)

Si extrapolamos las líneas anteriores al uso y consumo que hacemos hoy en día de Youtube esto se traduciría en varios cambios: diríamos adiós a canales humor y doblaje que utilizan imágenes de películas, a parodias puntuales como esta de 'This is America' firmada por LOMO y a todo el universo de covers musicales. Además, nos despediríamos también de los millones de vídeos que utilizan un fragmento de una canción o de una noticia para hablar de ello.

Según el nuevo criterio y para cumplir con el objeto de ley, Youtube debería censurar todos los vídeos donde se hiciese uso de material de terceros, quedando un lugar parecido a esto:

sioli
Desierto del Siloli en el suroeste de Bolivia

Pero los cambios relativos a Youtube y la forma de consumir el contenido no terminan aquí. El artículo 11 exige la implantación de un impuesto al link que obligaría a pagar por cada enlace compartido en redes sociales. Es decir, la forma en la que compartimos enlaces de vídeos en redes o a través de Whatsapp se terminaría tal y como la conocemos ya que pasaríamos a pagar por ella.

Me flipa comunicarme con memes de Belén Esteban ¿qué hago ahora?¿me mato?

Si el artículo 13 afectaba a los creadores de contenido a nivel audiovisual, sucede algo similar con los recursos gráficos que utilizamos en Twitter o Instagram. Los memes tal y como los conocemos serían ilegales siempre y cuando vulnerasen los derechos de autor de terceros. Algo que es casi imposible teniendo en cuenta que la mayor parte de estas imágenes son extraídas de productos del imaginario pop.

Es decir, la típica práctica de coger el fotograma de una película o programa de televisión y añadirle un copy gracioso en memegenerator pasaría ser nostalgia pura. Algo así como cuando Mediaset prohibió a La Sexta utilizar imágenes de sus programas en 'Sé lo que hicisteis', pero aplicado a todo internet y sus usuarios.

¿Y qué pasa con Instagram?¿Ya no podré posturear subiendo un fragmento del libro que estoy leyendo?

Da igual que menciones al autor al más puro estilo Cabronazi, el mero hecho de compartir contenido con derechos de autor obligaría a Instagram a bloquear tu contenido. Si ahora el algoritmo de la app está diseñado para bloquear pezones, con el objetivo de cumplir con la ley también tendrían que censurar los stories donde suene música de fondo o se aprecie un fragmento de la última serie que estás viendo.

 

Los europarlamentarios no han escuchado las voces de los usuarios de internet ni mucho menos el criterio de Vinton Cerf o Tim Berners-Lee, considerados los padres de internet y que manifestaron su rechazo al texto hace un par de meses. Porque por mucho que narremos el futuro escenario y sus consecuencias de una forma más ligera, de llegar a consolidarse estos cambios el próximo mes de enero estaríamos ante un cambio de paradigma muy profundo. Una modificación en la forma de comunicarnos que, de no ser frenada, construiría un futuro más pobre en libertad de expresión y más cercano a distopías como 'Black Mirror'.

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